ANDORRA

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viernes, 29 de octubre de 2010

LA AMISTAD


Los amigos de Internet...

¿Qué son?

Seres que no se ven,

pero que dan amor,

que nos brindan compañía,

que nos prestan atención,

que nos hablan desde adentro,

de su mismo corazón...



Los amigos de Internet,

los que tapan los agujeros,

de la soledad o el desamor,

los que nos dan su cariño,

a través de un monitor,

los que se brindan sinceros,

sin esperar ningún favor,

los que ayudan a distancia,

y lo hacen con amor,

los que nunca esperan nada,

solo que les permitas

entrar en tu buzón!



Los amigos de Internet,

¡¡qué cosa maravillosa!!

desde que los encontré,

mi vida es otra cosa,

nadie lo puede entender,

solo aquél que lo ha vivido,

puede reconocer,

que a través de esta pantalla,

se puede llegar a querer,

desde adentro y con el alma,

sin necesidad de ver...


Los amigos de Internet,

no son ficción ni mudez,

son amigos que descubren,

nuestra propia desnudez,

la desnudez del alma

sin necesidad de ver.



Algunos son calladitos,

tranquilos,

que observan desde su sitio,

y disfrutan los envíos...

a veces se hacen notar,

y nos escriben con cariño!!

A veces, hay quién pelea,

pero solo por jugar!!



Algunos son muy sinceros,

otros prefieren callar,

cuando llego con mis cartas,

y me excedo por demás!!

viernes, 22 de octubre de 2010

TUS HIJOS



Poema de Kalhil Gibran: Tus hijos

Tus hijos no son tus hijos,
son hijos e hijas de la vida,
deseosa de sí misma.

No vienen de ti,
sino a través de ti,
y aunque estén contigo,
no te pertenecen.

Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas,
porque ellos,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar,
ni siquiera en sueños.

Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti,
porque la vida no retrocede ni se detiene en el ayer.

Tu eres el arco del cual tus hijos,
como flechas vivas,
son lanzados.
Deja que la inclinación,
en tu mano de arquero,
sea para la felicidad.

lunes, 11 de octubre de 2010

EL OTOÑO


EL PORQUE NO SE LE CAE LA HOJA A ALGUNOS ÁRBOLES


Una vez, hace mucho tiempo, empezó a hacer mucho frío porque el invierno se acercaba. Todos los pájaros que se iban cuando llegaba este momento en busca de sitios más cálidos ya habían partido. Sólo quedaba un pobre pajarito que tenía un ala rota. El pobre pensaba que si no encontraba pronto un lugar donde refugiarse se moriría de frío, miró alrededor y vio un montón de árboles que seguro que le prestarían cobijo.
Saltando y aleteando cuando podía, llegó al bosque y encontró un árbol que le impresionó por lo grande que era y lo fuerte que parecía, era un roble, el pájaro le pidió permiso para refugiarse entre sus ramas hasta la llegada del buen tiempo. El roble le dijo, muy enfadado, que si le dejaba picotearía sus bellotas y le echó de mala manera.
El pájaro vio un árbol precioso de hojas plateadas y tronco blanco, era un álamo y pensó que le daría refugio. Le contó su problema y el álamo le echó con cajas destempladas diciéndole que iba a manchar sus bonitas hojas y su blanquísimo tronco.
Cerca de allí había un sauce que con sus largas ramas colgando hasta el suelo le pareció al pajarito que sería una buena casa para los fríos que se avecinaban. Pero igual que los demás le rechazó argumentando que no trataba nunca con desconocidos y pidiéndole que se marchara cuanto antes.
El pajarito empezó a saltar como podía con su ala rota sin llevar un rumbo fijo, un abeto le vio y le preguntó que le pasaba, el pobre se lo contó y el abeto le ofreció sus ramas mientras le indicaba donde hacía más calorcito. El pájaro le explicó que sería para todo el invierno y el árbol le dijo que así tendría compañía. El pino, que estaba cerca de su primo el abeto, se ofreció para protegerle del viento ya que sus ramas eran más grandes y fuertes.
El pájaro se preparo un lugar bien abrigadito en la rama más grande del abeto y protegido del viento por el pino se dispuso a pasar el invierno. El enebro se ofreció para que pudiera comer de sus bayas y no muriera de hambre.
Estaba muy contento y charlaba con sus amigos, los demás árboles hacían comentarios despectivos sobre ellos.
Aquella noche empezó a soplar el Viento del Norte fuerte y frío, iba pasando de árbol a árbol y sus hojas iban cayendo una tras otra. De pronto giró y se dirigió hacia donde estaban los amigos del pajarito, el Rey de los Vientos le frenó y le dijo que podía desnudar a todos los árboles menos a los que habían ayudado al pájaro.
El Viento del Norte los dejó en paz y conservaron sus hojas durante todo el invierno y desde entonces siempre ha sido así.